El síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) es una enfermedad
infecciosa producida por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
EL VIH es el agente infeccioso más mortífero a nivel mundial, estimándose por
la OMS que han fallecido más de 30 millones de personas, muriendo cada año 1,8
millones de personas en el mundo por su causa.
La prevención de esta enfermedad, SIDA, se realizará evitando el contacto con
el virus causante de la misma, VIH.
Para ello debe tenerse en cuenta que el virus se puede transmitir de una
persona a otra a través de los líquidos corporales, fundamentalmente, la sangre
y los líquidos genitales, como el semen.
La saliva de pacientes infectados por el VIH presenta niveles muy inferiores
del virus a los niveles existentes en el semen, por ello es mucho menos probable
su transmisión a través de la saliva, sin embargo, el beso íntimo en la boca sí
puede dar lugar a contagios cuando ambos miembros de la pareja poseen lesiones
sangrantes en la misma.
El VIH puede transmitirse por transfusiones de sangre contaminada, algo que
es hoy en día muy poco frecuente debido al manejo en condiciones de seguridad
que se realiza de la sangre de los donantes, al someterla a pruebas de detección
del VIH.
El VIH puede también transmitirse de la madre al hijo durante el embarazo, el
parto o la lactancia. En la actualidad, la transmisión de madre a hijo puede
evitarse casi por completo.
No se contagia el virus por la respiración o por una caricia, un beso en la
cara, por el contacto de la piel sana, por compartir el cuarto de baño, la
ducha, el inodoro o utensilios en el hogar, como la vajilla o los muebles.
Durante las relaciones sexuales vaginales o anales sí se puede contagiar el
virus, reduciéndose el riesgo de contagio mediante la utilización de un
preservativo. Las relaciones sexuales orales también pueden provocar el contagio
de la enfermedad.
La utilización de jeringuillas contaminadas, como es el caso de drogadictos
que toman drogas por vía parenteral (intravenosa) y comparten una jeringuilla
contaminada, o bien, personal sanitario como enfermeras o médicos, que se
pinchan casualmente con una aguja contaminada con sangre de un paciente portador
del VIH, puede dar lugar también al contagio de esta enfermedad.
En general, cualquier medida destinada a evitar el contacto con los líquidos
biológicos citados con anterioridad será una medida efectiva de prevención del
contagio del SIDA.
Cualquier persona que sospeche o haya confirmado que padece el SIDA o que es
portador del virus VIH deberá notificar a las personas con las que haya
mantenido relaciones de riesgo (sexuales, compartición de jeringuillas…) la
situación para que éstas a su vez puedan protegerse y someterse a examen para
determinar si han sido contagiadas con el virus. Todos los implicados deberán
acudir al médico.
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